La actividad física, conlleva una mejoría si se tiene constancia, perseverancia y sacrificio. Normalmente está vinculada a un fin concreto, ya sea ganar alguna competición, superarse a uno mismo, conseguir un reto importante, mantenerse en forma o simplemente, llevar una vida saludable.
Dentro del concepto de salud, el ejercicio físico cumple un rol fundamental, ya que al practicarlo de manera cotidiana, aumenta la vitalidad en general y reduce la posibilidad de padecer enfermedades.
Dentro del concepto de salud, el ejercicio físico cumple un rol fundamental, ya que al practicarlo de manera cotidiana, aumenta la vitalidad en general y reduce la posibilidad de padecer enfermedades.
Las obligaciones diarias junto con la vida sedentaria, no nos permiten en ocasiones poder llevar a cabo la práctica de alguna actividad física y deportiva. Actividades cotidianas tales como subir escaleras, ir andando al trabajo, etc., deberían ser aprovechadas para estimular nuestra motricidad en muchos momentos del día.
Los efectos positivos de la práctica deportiva sobre la salud son muchos. Podemos destacar que favorece el desarrollo pulmonar y cardíaco, tonifica la masa muscular, estiliza, vuelve ágiles los movimientos y además, ayuda a eliminar los excesos de calorías que el cuerpo reserva.
A nivel psicológico, la liberación de endorfinas proporciona un bienestar mental que predispone a nuestro organismo a realizar y afrontar los problemas diarios desde un punto de vista más positivo y relajado.
A nivel psicológico, la liberación de endorfinas proporciona un bienestar mental que predispone a nuestro organismo a realizar y afrontar los problemas diarios desde un punto de vista más positivo y relajado.
La actividad física que se elija dependerá de la edad, el estado de salud y la personalidad de cada individuo. Desde un nivel de competición, hasta un simple paseo andando, el deporte, puede mejorar considerablemente la vida de una persona.
Para poder mantener un buen estado de salud, la práctica de ejercicio de manera aislada, no es suficiente. Siempre debe ir acompañado de otros hábitos saludables como una alimentación equilibrada y variada, donde predominen básicamente, la fruta, la verdura, la carne y el pescado. La ausencia de tabaco y exceso de alcohol, es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo, así como evitar tanto bebidas azucaradas y gaseosas, como bollería, dulces, etc.
El cambio de un conjunto de hábitos perjudiciales hacia los saludables, es la garantía de poder gozar de un bienestar físico y mental general.
Antonio Trapero García.
TRIATLETA
